I
El acto de escribir es como decidir qué vas a
ponerte: pasas mucho rato eligiendo y al final
nunca estás a gusto con lo que has decidido.
II
A veces nuestras palabras son como una baraja al
final de una partida, que cuando nos hace falta un
rey, nos sale un dos de oros.
III
Cuando conoces a alguien interesante
intercambias las primeras frases con la prudencia
de los movimientos de ajedrez, pero con la
esperanza de que la complicidad los convierta en
pasos de baile.
IV
El tiempo mantiene su pulso, aunque nosotros lo
percibamos como un vecino hostil que se maneja
de forma exacta en contra de nuestros intereses
V
No se por qué a los matemáticos se nos tacha de
cuadriculados, cuando conocemos tan bien las
ventajas de las diagonales.
VI
No la hubiera reconocido si no fuera por ese lunar
junto a la boca, como si fuera un chip de
seguimiento que le hubiera instalado el pasado.
VII
Cuando un profesor entra en clase por primera vez,
los alumnos son como los apaches. Uno los ve allí
tranquilos, observándote desde la colina, pero sabes
que en cualquier momento te van a atacar.
VIII
El Destino es un jugador aventajado que, a pesar de
manejar un ajedrez ilimitado, sabe colocarnos
delante de la pieza que decide la partida.
IX
La peor nostalgia es la de lo que no existe
X
Cuando el músico ha perdido la inspiración, letra y
melodía parecen miembros de un desfile poco
ensayado.
XI
Cuando al poeta le coge la inspiración sin bolígrafo,
le llueven monedas y no tiene bolsillos.
XII
El pintor quería tanto a su mujer ciega que se hizo
escultor.
XIII
Una carta sin remitente es como un viajero sin
maleta.
XIV
Los defectos son los silencios que hace la belleza
XV
El tiempo es un caballo que renace en su galope.
XVI
La mirada es un vaso en el que intentamos recoger
una cascada.
XVII
A veces se hicieron famosos por construir grandes
puentes quienes simplemente no sabían nadar.
XVIII
La Navidad es el premio de felicidad para los que
han podido consumir todo el año.
XIX
Damos demasiada importancia a las despedidas y
no se pueden pagar fortunas con calderilla.
XX
El verdadero éxito no consiste sino en minimizar la
distancia que nos separa de nuestros propios
sueños.
XXI
Vivir solo en vez de compartir piso es como tomar
el café solo sin azúcar: los primeros días resulta
amargo, pero luego descubres que merece la pena.
XXII
Yo no he inventado la vida así que cuando escribo
sólo pueden acusarme de mover a mi antojo un
espejo.
XXIII
El verdadero romántico está deseando que se
marche la persona amada para poder añorarla.
XXIV
Tiene el poder quien puede llevar a cabo sin
perjuicio decisiones irracionales.
XXV
Es sabio no quien ha alcanzado muchas metas
sino quien ha recorrido muchos caminos.
XXVI
¿Quién sino yo -dijo- puede permitirse ser
egocéntrico?
XXVII
A uno no se le ocurre la poesía, le ocurre.
XXVIII
Más posee quien mantiene intacta su cabaña que
quien vive en un palacio sin tejado.
XXIX
El verdadero amor no se produce cuando
mostramos a la otra persona ese sótano oscuro que
todos llevamos dentro, sino cuando su compañía
hace que poco a poco lo vayamos olvidando hasta
llegar a cerrarlo por completo.
XXX
En la soledad uno se encuentra sobre todo rodeado
de tiempo.
XXXI
No cabe hablar de comodidad cuando uno está
sentado en el desierto.
XXXII
Querer amar a ciertas personas es como pretender
compartir la habitación con un animal salvaje sin
matarlo ni domarlo.
XXXIII
A veces los matemáticos presumimos de que las
Matemáticas ayudan a explicar la realidad pero
pocas veces permitimos que la realidad explique las
Matemáticas.
XXXIV
Es cierto que el buen amigo es el que está cuando
tiene que estar pero más aún es el que tiene la
modestia de saber cuándo no tiene que estar.
XXXV
Una de las cosas más terribles de la vida es que, en
sentido real y figurado, algunos se comen de postre
lo que debería ser el primer plato de otros.
XXXVI
El agnóstico es el ateo que guarda un as en la
manga.
XXXVII
El miraba enamorado la foto de la mujer con la
que se iba a casar al día siguiente, mientras a su
espalda, apoyada en la puerta, la Muerte se reía
a carcajadas.
XXXVIII
Hay personas que prefieren enamorar que hacer
el amor, como el cocinero que prefiere crear que
comer. Lástima que, a veces, la especialidad de
las primeras sea envenenarnos.
XXXIX
Hay quien piensa que educar es como encerrar
en un redil cuando debería ser ayudar a escapar
de él para elegir el propio camino.
XL
Algunas de las personas que echamos de menos
probablemente también se echan de menos a sí
mismas.
XLI
Pensamos en algunas personas que hemos
querido con la prevención de que nos duela su
recuerdo, como si pasáramos la yema de los
dedos por la hoja de un cuchillo para comprobar
si permanece afilada.
XLII
Cartearse antes de enviarse una foto es como
apostar con monedas de plástico.
XLIII
Hay quien, cuando cree haber encontrado a su
media naranja, descubre que lo que se está
llevando a los labios es un amargo limón.
XLIV
Se dio cuenta de que su hijo, al nacer, tenía un
lunar en el cuello y que, ahora, al salir de la
incubadora, no lograba encontrárselo.
XLV
Ciertos sueños son gotas de grifos (de
recuerdos) mal cerrados.
XLVI
Los corazones más bellos, si pudiéramos verlos,
serían los más llenos de cicatrices.
XLVII
La vida se muestra como un profesor, con
algunas personas sabio y exigente, y con otras
permisivo y descuidado.
XLVIII
El silencio es la música de la soledad.
XLIX
Finalmente decidió que para que ella
comprendiera le mandaría ese ramo, pero
cuando las flores estuvieran ya marchitas.
L
A veces, cuando las cosas nos han ido mal,
preferimos hablar con gente que apenas
conocemos, como si en ese momento
necesitáramos más ventanas que espejos.
LI
Esperar a alguien querido es como tener una
bebida servida y no poder llevársela a los labios.
LII
En los sueños recorremos algunos de los
caminos que el azar ha descartado para nuestra
vida.
LIII
Los poemas reciclados son aquellos que surgen
mientras damos vueltas a otro poema que no
conseguimos acabar (o tal vez ese sea un poema
mártir, que deja de vivir para que otros lo
hagan).
LIV
El alumno repetidor es el que se jacta de que él ya
se ha batido en ese duelo, obviando el detalle de
que le metieron una bala en el estómago.
LV
Un tatuaje es una hipoteca que el cuerpo le paga al
corazón.
LVI
Los trenes de cercanías, con sus puertas rodeadas
de espejo, permiten algo inusual: verse a uno
mismo justo en el instante en que va a comenzar
un viaje.
LVII
Los matemáticos tenemos graves problemas de
esperanza ya que, después de años manejando las
ciencias exactas, al final ni creemos en Dios ni
jugamos a la lotería.
LVIII
Todos los sentimientos que experimentamos
probablemente ya le han ocurrido antes a alguien,
pero pensar que eso le quita emoción a la vida es
como pensar que no vale la pena viajar porque
apenas quedan lugares en el mundo que no ha
pisado el ser humano.
LIX
El sueño es un pause, durante el cuál, la cinta del
tiempo sigue avanzando sin nosotros.
LX
Los espejos son como esquinas donde nos
encontramos con nosotros mismos.
LXI
Hay personas que aman como otras aparcan: a
pesar de tener su propia plaza de garaje, disfrutan
ocupando los sitios que necesitan los demás.
LXII
Hay quien se queja de su mala suerte porque, al
lanzarlo, no le salen en una sola cara todos los
puntos del dado.
LXIII
Escuchar una hermosa canción por primera vez es
como sentir la mirada de una mujer desconocida.
LXIV
El olvido es como enterrar a alguien grano a
grano.
LXV
Se preguntó qué pasaría si, justo antes de viajar
al aeropuerto a coger el avión que le devolvería
a su país, matara a cualquier desconocido que
pasara por allí.
LXVI
Hay personas a las que les cuesta tener pareja
estable porque, más que espejos, necesitan
poliedros.
LXVII
Los poetas son los notarios de la belleza.
LXVIII
Las fotografías son hojas arrancadas al árbol del
tiempo.
LXIX
Hay personas que lloran como si les hubieran
quitado el oso de peluche cuando les arrancan de
las manos el muñeco con el que hacían vudú.
LXX
El amor es encontrar a esa persona que posee las
páginas pares de ese magnífico libro del que
nosotros sólo tenemos las impares.
LXXI
Escribir una novela es como construir una casa.
La poesía es simplemente dejar que el aire entre
por la ventana.
LXXII
Los apellidos son como claveles de plástico que
nos prendemos en la solapa con objeto de que
nos distingan.
LXXIII
Hay personas que cuando te aman miran para
dentro y, si fijan los ojos en ti, es para ver cómo
les sienta el amor en el espejo.
LXXIV
El egoísta piensa que cómo va a llover si él no
lleva paraguas.
LXXV
El rostro es la mano que nos ha tocado jugar en el
póquer de la vida.
LXXVI
Dejar un libro a medias mucho tiempo es como
dejar un guiso fuera del frigorífico.
LXXVII
La historia de cada uno de nosotros es un
puzzle imposible pues hemos dejado piezas en
manos de demasiadas personas.
LXXVIII
La Iglesia utiliza el Evangelio como nosotros el
manual de instrucciones de la lavadora: lo
guardamos porque sabemos que es necesario,
pero luego nos manejamos sin él.
LXXIX
La fotografía es una muleta de la memoria.
LXXX
Con los viajes desempolvamos los sentidos.
LXXXI
El buen profesor no es el que muestra un
camino a los alumnos sino el que está dispuesto
a aventurarse mochila al hombro por el que
ellos están recorriendo.
LXXXII
Sólo nos envejece el tiempo lento.
LXXXIII
Sin fotografías ni espejos todos seríamos más
espirituales.
LXXXIV
El habla es un desagüe que a veces
pretendemos vaciar sin haber abierto
previamente el grifo del silencio.
LXXXV
Los verdaderos fenómenos del deporte se
reconocen porque verdaderamente disfrutan
con ello, como si fueran los únicos que
recordarán que en realidad no es más que un
juego.
LXXXVI
Los celos surgen cuando consideramos una
norma lo que en realidad es un regalo.
LXXXVII
A veces realizamos en nuestros sueños el
"montaje del director" de películas del pasado
que en su día protagonizamos y cuyo final no
nos gustó.
LXXXVIII
El racismo es tener un tele en color y echar de
menos la de blanco y negro.
LXXXIX
Los recuerdos son hilos atados en los dedos del
tiempo
XC
Hay personas que, tras romper una relación,
encima se afanan en matar al fantasma.
XCI
A veces dos personas intercambian sendos
ejemplares de la mejor novela que jamás se ha
escrito, pero no la abren por miedo a cortarse
con el borde de sus páginas.
XCII
Hay que prestar más atención a los que todos
dan de lado. Pero no por caridad, sino por
egoísmo, ya que ellos conservan intacto su
tesoro escondido.
XCIII
El atractivo es la buena gestión de los recursos
del cuerpo.
XCIV
Pensar que somos de izquierdas o de derechas
sólo por votar un partido es como pensar que un
vino ya es bueno sólo por la etiqueta que le
hemos pegado a la botella.
XCV
La libertad no es tanto la ausencia de ataduras,
sino la posibilidad de elegirlas.
XCVI
Las relaciones entre dos personas son como ríos
cuyo caudal varía. Cuando hay menos agua, uno
debe saber esperar a que llueva y no obcecarse
en navegar.
XCVII
El pensamiento es un naufragio del que sólo
sobreviven las pocas palabras que decimos.
XCVIII
Sintió que algo no encajaba al comprobar que
ninguno de los vestidos de novia que se probaba
le tapaba totalmente el tatuaje de la espalda.
XCIX
Hay amores que son como un vino que, a pesar
de estar guardado en botellas que la vida no
permitirá abrir, no dejan de embriagar.
C
La pasión realiza las mejores instantáneas.
CI
La ventaja de los padres sobre los profesores es
que pueden intentar imponer su autoridad antes
de que los hijos aprendan a hablar para contestar.
CII
La mirada de una persona que amamos es un fino
cristal en el que detectamos la más mínima señal.
CIII
Dejó de arreglar tanto a su perro cuando se dio
cuenta de que lo miraban más que a ella.
CIV
El humor es el respiradero del carácter.
CV
Hay personas que al hablar sólo saben hacerse el
gracioso. Son como anfitriones que nunca
reciben visitas porque los invitados llegan
siempre cuando ellos están sacando la basura.
CVI
Los hijos son historias que la vida cuenta al oído
de los padres.
CVII
La nostalgia es como el dolor de un miembro
amputado.
CVIII
La frustración de los escritores es que sus obras
nunca tendrán la calidad de los sueños.
CIX
La juventud se nos termina cuando descubrimos
que la vida nos ha enseñado más de lo que
queríamos saber.
CX
A algunas personas las echamos de menos sobre
todo en algunos lugares, como si se hubieran
dejado allí su cáscara.
CXI
Ciertas personas eligen tal momento de sus vidas
para tener hijos que es como si quisieran recoger
un autostopista cuando se están quedando sin
frenos.
CXII
Las relaciones son trenes, y de algunas hay que
saber saltar a tiempo.
CXIII
Hay grandes versos olvidados en poemas sin
acabar, como bellas mujeres malcasadas.
CXIV
Solemos tener con el pasado la misma
condescendencia con la que solían retratar los
pintores de la Corte.
CXV
Cruzaron las miradas y, aunque disfrutaron del
duelo unos instantes, las retiraron antes de que
alguien pudiera hacerse daño.
CXVI
Un buen libro que terminamos de leer es como un
amigo muerto prematuramente.
CXVII
La felicidad consiste en permitir que venzan los
sueños cumplidos.
CXVIII
Muchas veces nos empeñamos en cruzar el océano
cuando estaríamos tan a gusto bañándonos.
CXIX
Los relojes parados son como fotos del tiempo.
CXX
Los ojos también tienen idiomas.
CXXI
El Pasado es la mujer orgullosa que no soporta
que tú estés con otra.
CXXII
Hay personas que provocan heridas que sólo ellas
pueden curar así que quererlas es como lanzar una
moneda.
CXXIII
Los novelistas son pequeños dioses insatisfechos
con lo que les propone el suyo.
CXXIV
En ocasiones queremos tener apoyo para todo y
las muletas pueden convertir nuestro paso en
cojera.
CXXV
El hombre que había escalado la montaña más alta
de la región reconoció que no sabía nadar.
CXXVI
La pintura clásica no es sino el apasionado intento
de construir un instante.
CXXVII
La experiencia abre cada vez más vías de
agua, por las que sentimos que se nos escapa
todo lo que no tendremos tiempo de aprender.
CXXVIII
Tememos a la soledad como un escritor teme a
la página en blanco
CXXIX
La pasión es un reloj roto con descaro.
CXXX
La carrera de armamentos es la forma que
tienen los gobiernos de fanfarronear sobre
quién la tiene más grande.
CXXXI
El amor más preciado es el que recibimos no
por lo que somos sino a pesar de lo que somos.
CXXXII
Sí, quizá tuviera más memoria antes, pero,
¿quién se acuerda?
CXXXIII
El vocabulario es el vestuario del pensamiento.
CXXXIV
Da pena ver encerradas en macetas a mujeres
con rostro de selva.
CXXXV
Dejar de creer en Dios por lo que hace la
Iglesia es como confundir el amor con el sexo.
CXXXVI
La mujer del ciego era preciosa aunque una
auténtica estúpida.
CXXXVII
En realidad, más que a alguien que nos
prometa la Luna, en el amor buscamos a
alguien que nos haga comestible la tierra.
CXXXVIII
Cuando recogemos los resultados de un
análisis, es como si le dieran las notas a
nuestro organismo.
CXXXIX
Mientras el público le ovacionaba en pie, el
viejo pianista se mordía el labio, enrabietado
por los dos fallos que sólo él sabía que había
cometido en su pieza favorita.
CXL
Tener hijos es embotellar nuestro tiempo con el
fin de que ellos puedan cocinar sus sueños.
CXLI
Los dueños de perros madrileños tienen el don de
ver un parque en el hueco de un árbol.
CXLII
La educación hoy en día consiste en enseñar a
nadar a quien sólo quiere retozar en su charco.
CXLIII
Para los poetas la poesía se tiene, como la gripe.
CXLIV
Guardar durante años las cartas de amor es como
crionizarlas.
CXLV
Publicar es despedir al hijo independizado.
CXLVI
Si el baile es la poesía del cuerpo, la salud es su
contabilidad.
CXLVII
Las personas que hace tiempo que no te ven
tienen un tesoro tuyo que no te pueden devolver:
la imagen conservada de quien fuiste.
CXLVIII
Los poemas son cuadros que formamos con las
piezas que no encajan en nuestra vida.
CXLIX
En la vejez nuestro cuerpo juega partidos de
fútbol a ritmo de ajedrez.
CL
Las parroquias son clubes cuyos miembros
tienen la esperanza de que Dios también se haya
apuntado.
CLI
Hay personas que permanecen junto a otras que
saben que les llevan por mal camino, pero es
que están enganchadas a su forma de caminar.
CLII
Había sido una persona tan importante en la vida
de ambos que, al recorrer el recuerdo por las
viejas amistades, ni siquiera la nombraron.
CLIII
La gente nos define con cuatro pinceladas
bosquejadas desde un ángulo que no escogemos.
CLIV
El Jefe de Estudios de un instituto tiene que ser
mitad alcalde, mitad alcaide.
CLV
Hay personas con las que podríamos sintonizar
pero es recomendable apagar la radio.
CLVI
Las obras de arte son cheques de sensaciones al
portador.
CLVII
Los poetas tienen algo de programa P2P:
acceden con facilidad al alma de otras personas
a cambio de dejar gran parte de la suya al
descubierto.
CLVIII
Algunas mujeres parecen alcanzar su plenitud
con la madurez, como si sólo ese número de
años fuera el valor que resuelve la ecuación de
su belleza.
CLIX
Las novelas son sueños premeditados.
CLX
Cuando no trabajan, las manos del artista parecen
pensar.
CLXI
Muchas veces al hablar con personas interesantes
no sabemos qué decir que merezca la pena y
rebuscamos en busca de palabras, como si fueran
monedas que tenemos en los bolsillos y que no
alcanzan para pagar algo tan valioso.
CLXII
Era feliz, pero de su época de inestabilidad
echaba de menos el brillo del filo de la navaja.
CLXIII
La monarquía es como la manga vacía de la
camisa de un manco.
CLXIV
La vergüenza es un banquete en el que los demás
degustan nuestra inseguridad.
CLXV
La pintora del parque había aprendido el
lenguaje de los rostros si bien a veces veía en
ellos cosas que no se atrevía a plasmar en el
lienzo.
CLXVI
Hay novelas bien escritas cuyo autor no es capaz
de rematar, como un hijo brillante cuyo rostro
jamás le permitirá salir a la calle.
CLXVII
El orden es el alfabeto de la organización.
CLXVIII
Viendo la mala cara que ponía ella y la entrega
de él parecía que, más que besarla, le estaba
enchufando las pinzas de la batería.
CLXIX
Lo malo de las reuniones de viejos amigos es
que algunos retienen trozos de tu pasado y, lo
que es peor, te los pretenden enseñar.
CLXX
Algunas personas conocen muy bien sus buenas
cualidades, pero es porque tienen muy pocas.
CLXXI
Un libro de aforismos es una hucha de poesía.
CLXXII
En otras ocasiones es el goteo del ya cerrado
grifo de la inspiración.
CLXXIII
Aunque ya no pertenecía al club del desamor,
conservó el carné, ya que lo cierto es que en la
foto tenía una expresión interesante.
CLXXIV
Los libros de segunda mano tienen el halo de
la gente que ha vivido.
CLXXV
Cortarse el pelo es como urbanizarlo, aunque
enseguida empiezan a surgir infraviviendas.
CLXXVI
Muchas mujeres que dicen querer tener un hijo
en realidad lo que quieren es tener un bebé.
CLXXVII
El único brillo que tiene trabajar con traje es el
de la cadena.
CLXXVIII
Sí, parecían muy unidos, como el cielo y el mar
en el horizonte.
CLXXIX
Para la imaginación de un escritor, el transporte
público es un río y el coche un charco.
CLXXX
La herencia genética es el máximo común
divisor de la familia.
CLXXXI
Hay amores que, para abrazarte, necesitan
clavarte las uñas en la espalda.
CLXXXII
El consumismo nos convierte en cigarras con
depósito de hormigas.
CLXXXIII
Los artistas son intrusos en la vida cotidiana.
CLXXXIV
Hay amistades que son vagones de cola a punto
de soltarse en cada curva.
CLXXXV
Las leyes son los andamios que levantamos
para construir la justicia, pero a veces
corremos el riesgo de que la oculten.
CLXXXVI
Los sueños son post-it que nos deja el
subconsciente.
CLXXXVII
Los títulos de crédito son el aterrizaje de
una película.
CLXXXVIII
Es el raciocinio el que escupe tachones en
los poemas.
CLXXXIX
La gran ventaja de la informática respecto
de la vida es la posibilidad de deshacer la
última acción.
CXC
A veces, dos personas que acaban de
despedirse se vuelven, unos metros más
allá, para mirarse de nuevo, como si el hilo
que los unía hasta hace un momento pegara
un último tirón.
CXCI
Pueden permitirse ser más modestos los que
son queridos tal y como son.
CXCII
Como en una trucada ruleta de recuerdos, al
hacer girar aquel portafotos con forma de
noria, salía siempre la misma foto.
CXCIII
Parte del encanto que encontramos en los
bebés se debe a que aún no pueden
estropearlo hablando.
CXCIV
El profesor vuelve después de las
vacaciones con la intención de continuar la
construcción de un edificio de saber del que
los alumnos sólo recuerdan vagamente que
alguna vez estuvo allí.
CXCV
A veces la inspiración es como una montaña
de papeles, tan imposible de ignorar como
de organizar.
CXCVI
Las caras son los exploradores que manda el
ejército del paso del tiempo.
CXCVII
En las enfermedades graves el organismo
elige una carta de la baraja cuyo comodín es
la muerte.
CXCVIII
Los pecados no son sino categorías que
impone el miedo a la libertad
CXCIX
La memoria sigue huellas mojadas del
pasado que terminan por difuminarse
CC
Un buen cuento es la mecha que conduce a
la explosión de su final.
CCI
Cuando murió el viejo saxofonista, sus
músicos sabían que debían hacer lo mismo
que cuando en una pieza él terminaba uno
de sus solos: volver a recuperar todos el
ritmo con la energía de la magia que él
había creado.
CCII
Quizá algunos sueños se interrumpen
bruscamente porque los guionistas del
subconsciente no se ponen de acuerdo.
CCIII
Al final uno siente que ser profesor es cavar cien
veces donde ya parece claro que no hay un
tesoro.
CCIV
Los años son vagones llenos de experiencia que
hacen más pesada la marcha del tren de nuestra
vida.
CCV
Algunas personas de nuestro entorno son como
los propios defectos físicos: aunque no queramos
nos acompañarán toda la vida.
CCVI
A veces rompemos una fotografía para hacer
desaparecer de ella a alguien, como quien extirpa
un órgano que ya no funciona.
CCVII
Nos vimos de nuevo y fue, gracias a todo el
tiempo que había pasado, como si no hubiera
pasado el tiempo.
CCVIII
A veces la derrota no es una razón para la
desesperación sino un síntoma de que gustamos
de los listones altos.