Hace unos días os anunciamos esta prueba con una foto algo complicada para adivinar que hablábamos de un BMW X5. La foto era de un lateral, siendo la protagonista la cámara de visión delantera. Pocas veces nos ponemos al volante de un vehículo tan exclusivo como este BMW X5 xDrive40d con 306 CV y el paquete deportivo M.
Bajo ese nombre se esconde un motor diesel de tres litros y seis cilindros en línea que rinde 306 CV, y la apariencia deportiva del X5 hace honor a su comportamiento en carretera, quédate con nosotros en esta prueba y verás como te sorprende este SUV con alma de deportista.
Motor y prestaciones
Se denomina 40d pero realmente no hablamos de un motor de cuatro litros, es más no es muy diferente del 30d. En esencia es un bloque de seis cilindros en línea y tres litros que alcanza los 306 CV, frente a los 245 CV del 30d.
Se trata de un motor sobrealimentado con dos turbocompresores (uno más pequeño a bajas vueltas y otro de mayor tamaño complementario a altas). Con una dato que llama la atención, sus más 100 CV por cada litro de cilindrada, algo poco habitual en motores diesel.
Lo mejor no es la cifra de potencia, sino el par motor, que nos da una idea de la capacidad de empuje de este todocamino. El par se sitúa en 600 Nm desde sólo 1.500 r.p.m., es decir, tenemos una respuesta desde muy bajas vueltas y de manera contundente hasta llegar a las 5.000 r.p.m. (aquí es donde se nota su motor biturbo tanto en la respuesta a bajas como a medida que subimos de vueltas y siempre de manera progresiva).
Cuando pisas el acelerador el X5 te pega literalmente al asiento, pero donde más notamos la fuerza es entre las 3.500-4000 vueltas, en ese momento tenemos todos los caballos disponibles bajo el pedal del acelerador, propulsando de manera sublime a este todocamino de considerables dimensiones y un peso que supera las dos toneladas.
Acompañando todo esto tenemos una preciosa orquesta que resuena en el exterior del coche cuando pisamos el acelerador, marcando el carácter deportivo y mostrando que bajó el capó tenemos una buena manada de caballos.
En consonancia con el motor teníamos asociada una caja de cambios automática de ocho marchas, es una conocida caja ZF. Lo más peculiar es la palanca de cambios, que cuenta con un diseño característico al que cuesta acostumbrarse, pero una vez que lo hacemos es muy rápida en uso y sencilla.
El cambio dispone de modo sport que tiene mucho más el coche y lo mantiene a altas vueltas asegurando una respuesta más inmediata. En modo normal cambia sobre las 2.000-2.500 vueltas. Eso sí, de serie no dispone de levas en el volante para cambiar de marcha, es un extra.
Comportamiento
Ya sabemos que el motor es potente, tiene fuerza y se notan sus 306 CV. Pero seguro que alguno de vosotros está pensando que el BMW X5 no es un coche que destaque por agilidad, o que será algo torpe en curvas, pues no.
Sorprende precisamente la estabilidad y el comportamiento, que es más próximo a un turismo que aun 4×4 auténtico. Por nuestras manos han pasado varios SUV de lujo y puedo afirmar categóricamente que el X5 es uno de los más ágiles cuando nos ponemos a practicar una conducción algo más deportiva.
Mientras que en carretera es un coche cómodo, estable y con las ventajas de un todocamino por comodidad y altura, pero sin tener las míticas inercias que tienen muchos todoterrenos en carretera o autovía. No le tiene miedo a una carretera con curva, basta con seleccionar el modo Sport del coche, que endurece la suspensión y dirección, reduciendo los balanceos del coche y convirtiéndose en un vehículo muy ágil en zonas con curvas.
La dirección como siempre destaca por la precisión, es uno de los puntos fuertes de todos los BMW y en este caso cumple perfectamente con las expectativas del X5. Al igual que el equipo de frenos cumplen su función correctamente y detienen sin problemas las más de dos toneladas de este BMW sin problemas.
Consumo
En este apartado tenemos que partir de la base de su tamaño, es decir, un SUV de grandes dimensiones con siete plazas, y también de su peso y potencia. Con estos condicionantes de partida es normal que el consumo no sea muy ajustado, pero se mantiene en cifras normales.
En autovía durante los 1200 km de rigor, se conformó con 9,5 litros a los 100 km. Mientras que en carretera la cifra rondaba los 10 litros a los 100 km. Finalmente en ciudad el consumo subía hasta los 13 litros a los 100 km.
El depósito de combustible tenía una capacidad de 85 litros con 8 litros de reserva, necesarios para asegurar el poder llegar a la gasolinera más cercana.
Capacidades Off-Road
El BMW X5 dispone de tracción permanente, normalmente funciona con preferencia de tracción al eje trasero y en el momento que detecta pérdidas de tracción la redistribuye al delantero. Hemos probado el sistema de tracción en zonas arenosas y con tierra, respondiendo de manera correcta.
Pero no llevaba los neumáticos adecuados para poder comprobar sus habilidades off-road, y además el pack exterior M, reducía los ángulos y la altura libre del suelo, por lo tanto nuestra unidad de pruebas no era el mejor ejemplo para conducción off-road.
Las pruebas que pudimos hacer de tracción (pese a contar con neumáticos de carretera) las pasó satisfactoriamente, con una buena respuesta. Pero no pudimos comprobar mucho más con estos dos condicionantes, tampoco creo que sea el terreno típico del BMW X5 ni lo que buscan sus potenciales clientes.
Fotos | David Taboada, Equipo de pruebas