Cuatro más uno
En el texto, los cuatro miembros del CGPJ consideraban que la exclusión por parte de la Fiscalía General del Estado de responsabilidades penales no eximía a Dívar en ningún caso de las responsabilidades políticas, toda vez que "han sido vulneradas las exigencias de transparencia y austeridad que son exigibles a todo servidor público y mucho más a quienes revisten la representación del poder judicial". Un quinto vocal, José Manuel Gómez Benítez, que fue quien destapó el escándalo, reiteró a título individual y de forma verbal la petición de dimisión del presidente que ya había hecho en un pleno anterior.
El vocal que destapó el escándalo se disculpó por denunciar ante la Fiscalía sin informar al pleno del Consejo, pero se negó a dimitir
Sin embargo, estos cinco vocales "indignados", como les han empezado a llamar, chocaron frontalmente con una "amplia mayoría" de compañeros que se negaron a apoyarles ya que, en palabras de Gabriela Bravo, a ellos sí les habían parecido "satisfactorias" las explicaciones de Dívar sobre sus viajes. Incluso, un grupo de siete de éstos --el vicepresidente Fernando Rosa, Almudena Lastra, la propia Gabriela Bravo, Gemma Gallego, Claro José García, Antonio Dorado y Concepción Espejel-- contraatacaron y presentaron a su vez otro escrito en el que pedían la dimisión, precisamente, de Gómez Benítez, al que acusaban en el mismo de actuar sin respetar "la lealtad mínima exigible" a un miembro del Consejo por haber denunciado al presidente ante la Fiscalía.
"No sólo no se ha limitado a lanzar la más grave acusación que puede dirigirse contra el representante del poder judicial en España, sino que se ha dedicado a visitar medios de comunicación dando su explicación de los hechos, que es, interpretada por aquéllos, la que ha llegado a la sociedad", denunciaban en el escrito. Gómez Benítez, según revelaron a este diario fuentes del Consejo, pidió disculpas por haber acudido a la Fiscalía directamente, pero rechazó de plano la posibilidad de presentar su dímisión.
Niega "irregularidades"
Dívar hizo lo mismo cuando solicitaron la suya al asegurar que se sentía respaldado por una mayoría de los miembros del Consejo que, no sólo habían rechazado firmar la petición de los cuatro 'indignados', si no que en en este mismo pleno le habían mostrado su confianza. Dívar, que al comienzo de la reunión había dado nuevas explicaciones sobre sus polémicos viajes y comidas, insistió en que no había "irregularidades" en sus gastos de protocolo y que, de hecho, el auto de la Fiscalía había dejado meridianamente claro que no había "infracción penal".
Lo más parecido a un 'mea culpa' que hizo fue "lamentar el quebranto que le ha supuesto para el CGPJ, el Tribunal Supremo y la carrera judicial" los sucesos de los últimos días, de los que, por otra parte, no se sentía responsable. De hecho, y a pesar de que un buen número de vocales le insistieron que debía ser él quien saliera al término del pleno a dar explicaciones a la prensa, se negó, lo que obligó a la portavoz, Gabriela Bravo, a hacerlo. Esa negativa de Dívar enconó aún más el enfrentamiento que ya se vivía en la reunión, destacaron a Vozpópuli las fuentes consultadas.
Sobre la dimisión de Dívar, el resto de los miembros del Consejo, un total de ocho vocales, decidieron mantener una actitud 'pasiva' de respaldo a la institución. "A mi no me ha gustado ni la actitud del presidente ni la de Gómez Benítez, pero apoyar la petición de dimisión del presidente hubiera sido hacerle más daño al Consejo y a la judicatura", se justificaba ayer este diario uno de ellos. Otro mostraba a este diario su malestar porque Dívar no hubiera salido a "dar la cara" ante los medios para dar explicaciones: "Es cierto que el prestigio del presidente es ya irrecuperable, pero la dimisión no hubiera impedido la situación de bloqueo en el que irremediablemente va a caer el Consejo", se lamentaba.