Recopilacion diaria de viñetas, chistes y dibujos.
**Una viñeta bien hecha es la forma OPTIMA de "COMUNICAR" un acontecimiento. **Se consigue ser BREVE, DIRECTO, CLARO y CONCRETO.
**Definitivo y ajustado es el DICHO :
"Una imagen mas que mil palabras".
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Dibujante iraní sentenciado a 25 latigazos por una caricatura
Así lo ha decidido el Tribunal de Prensa de la Provincia, presidido por el juez Edalatkhah, que dictó la sentencia.
Ahmad Lotfi Ashtiani, diputado por Arak, se cabreó por este dibujo publicado en Nameye Amir, un periódico de la ciudad de Arak.
Según parece, algunos políticos de Irán, entre ellos Ashtiani, han sido criticados por interferir en el deporte del país.
En la caricatura, el diputado aparece con una marca oscura en la frente, causada (supuestamente) por apoyar la cabeza durante un tiempo prolongado para la oración, marca que también tiene el político en realidad.
Así se las gastan en Irán. El capítulo 27 del "Código Penal Islámico de Irán," dice que cualquier persona que difame o insulte injustamente a alguien a través de medios impresos puede ser castigado a recibir 74 latigazos y de un mes a un año de prisión.
Otros dibujantes de Irán se han solidarizado con Shokraiyeh dibujando caricaturas del político, puedes verlas en el blog de Daryl Cagle, junto a la opinión de Nikahang Kowsar, caricaturista iraní que ahora vive en Washington D. C. y que fue encarcelado en 2005 por el Ayatolá Mesbah Yazdi por dibujarle caricaturizado como un cocodrilo.
Fuente: The Guardian
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Dibujante iraní sentenciado a 25 latigazos por una caricatura
Shokraiyeh recibirá 25 latigazos por hacer esta caricatura.
Mahmoud Shokraiyeh ha sido sentenciado a recibir 25 latigazos por dibujar a un miembro del parlamento vestido con una camiseta de fútbol y un diploma de felicitación en una mano.Así lo ha decidido el Tribunal de Prensa de la Provincia, presidido por el juez Edalatkhah, que dictó la sentencia.
Ahmad Lotfi Ashtiani, diputado por Arak, se cabreó por este dibujo publicado en Nameye Amir, un periódico de la ciudad de Arak.
Según parece, algunos políticos de Irán, entre ellos Ashtiani, han sido criticados por interferir en el deporte del país.
En la caricatura, el diputado aparece con una marca oscura en la frente, causada (supuestamente) por apoyar la cabeza durante un tiempo prolongado para la oración, marca que también tiene el político en realidad.
Así se las gastan en Irán. El capítulo 27 del "Código Penal Islámico de Irán," dice que cualquier persona que difame o insulte injustamente a alguien a través de medios impresos puede ser castigado a recibir 74 latigazos y de un mes a un año de prisión.
Otros dibujantes de Irán se han solidarizado con Shokraiyeh dibujando caricaturas del político, puedes verlas en el blog de Daryl Cagle, junto a la opinión de Nikahang Kowsar, caricaturista iraní que ahora vive en Washington D. C. y que fue encarcelado en 2005 por el Ayatolá Mesbah Yazdi por dibujarle caricaturizado como un cocodrilo.
Fuente: The Guardian
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Bankeros
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Bankeros
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l odio en primera
No toda ella, una sola hoja, la de delante, que es lo que lee la mayoría hoy gracias, o por desgracia, a la existencia de Twitter, y que por su culpita estoy rompiendo la promesa de contención.
Existe un mundo imaginario, el que recrea este tipo de publicaciones. Aquello que llamaban "la crispación", que parecía terreno de políticos ahora convertida en piromanía editorial por sistema que puede salpicar a cualquiera.
Y es un mundo imaginario porque en el día a día somos un ejemplo de convivencia. Sí, lo somos, más aún teniendo en cuenta la presión de la situación social.
Observo mi barrio, mi ciudad. Mis vecinos son gente que piensa distinto, igual, parecido, o simplemente pasan de aquello y de lo otro y no nos lo reprochamos a gritos.
Cada cual lidia con sus prioridades según le parece, nadie se escupe cuando se cruza.
Nadie va marcando fachadas de edificios con carteles que señalan a sus habitantes por su ideología, "Aquí vive un marxista al que le huele el sobaco", su saldo bancario, "Cuidado, rico avaricioso", ni por su religión o falta de ella, ni por acostarse (o intentarlo) con dos, ni por ser fanático de un club del deporte que proceda.
Esto tenía que pasar, si por la noche envuelves tres sardinas en una portada de La Razón, por la mañana tienes un comando de ETA o una columna de sanguinarios comunistas.
Sí aún eres joven o nunca te los habías cruzado, basta mirar su colección de cromos para saber quienes son y cómo piensan, pero sobretodo a quién desprecian que es a lo que dedican más esfuerzo, alpogromo.
Son más viejos que lo rancio, están convencidos de que el producto debe ser la trinchera, escriben, recortan, pegan y colorean con el rencor a flor de Paint.
Viven en un sinvivir, recreando una amenaza constante, en la agonía del discurso único, adornándolo todo con un tono autoritario y despectivo, con ese tufo de superioridad moral, intelectual y académica. Orgullosos de sembrar cabreos y rebotados por las ironías y las risas.
Y el odio siempre en primera.
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l odio en primera
Viñeta de junio de 2011 que se niega a caducar.
Siguiendo la promesa que me hice en su día de dejar macerar los temas hasta poder tener una opinión menos deformada, he ido dejando pasar la polvareda que ha levantado La Razón.No toda ella, una sola hoja, la de delante, que es lo que lee la mayoría hoy gracias, o por desgracia, a la existencia de Twitter, y que por su culpita estoy rompiendo la promesa de contención.
Existe un mundo imaginario, el que recrea este tipo de publicaciones. Aquello que llamaban "la crispación", que parecía terreno de políticos ahora convertida en piromanía editorial por sistema que puede salpicar a cualquiera.
Y es un mundo imaginario porque en el día a día somos un ejemplo de convivencia. Sí, lo somos, más aún teniendo en cuenta la presión de la situación social.
Observo mi barrio, mi ciudad. Mis vecinos son gente que piensa distinto, igual, parecido, o simplemente pasan de aquello y de lo otro y no nos lo reprochamos a gritos.
Cada cual lidia con sus prioridades según le parece, nadie se escupe cuando se cruza.
Nadie va marcando fachadas de edificios con carteles que señalan a sus habitantes por su ideología, "Aquí vive un marxista al que le huele el sobaco", su saldo bancario, "Cuidado, rico avaricioso", ni por su religión o falta de ella, ni por acostarse (o intentarlo) con dos, ni por ser fanático de un club del deporte que proceda.
Esto tenía que pasar, si por la noche envuelves tres sardinas en una portada de La Razón, por la mañana tienes un comando de ETA o una columna de sanguinarios comunistas.
Sí aún eres joven o nunca te los habías cruzado, basta mirar su colección de cromos para saber quienes son y cómo piensan, pero sobretodo a quién desprecian que es a lo que dedican más esfuerzo, alpogromo.
Son más viejos que lo rancio, están convencidos de que el producto debe ser la trinchera, escriben, recortan, pegan y colorean con el rencor a flor de Paint.
Viven en un sinvivir, recreando una amenaza constante, en la agonía del discurso único, adornándolo todo con un tono autoritario y despectivo, con ese tufo de superioridad moral, intelectual y académica. Orgullosos de sembrar cabreos y rebotados por las ironías y las risas.
Y el odio siempre en primera.
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En esta sección recopilo esos artículos que, siendo INTERESANTES, decido no publicar, para no pasarme en numero y leer si se tiene tiempo. **** Ten en cuenta, que copio y pego sin preparación ni cuidado (para no perder mucho tiempo). **** Hay artículo de los que publico solo un fragmento (hay autores que me han prohibido publicarlos enteros).
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Publicado por VRedondoF para Navegando el 5/11/2012 01:35:00 AM