Al responder a las preguntas de la publicación informativa serbia Geopolitika, Thierry Meyssan pasa en revista su interpretación de los hechos del 11 de septiembre de 2001, los acontecimientos en Siria y la actual situación en Serbia.
Geopolitika: Señor Meyssan, usted se hizo mundialmente célebre cuando publicó el libro La Gran Impostura que pone en duda la versión oficial de las autoridades estadounidenses sobre los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. Su libro estimuló a otros intelectuales a expresar sus propias dudas sobre aquellos trágicos acontecimientos. ¿Pudiera usted explicar brevemente a nuestros lectores lo que realmente sucedió aquel 11 de septiembre? ¿Qué fue lo que realmente impactó o explotó en la sede del Pentágono? ¿Fue un avión u otra cosa? ¿Qué pasó con los aviones que chocaron contra las Torres Gemelas? Sobre todo, ¿qué pasó con el tercer edificio, cercano a esas torres? ¿Cuál es el contexto más profundo de esos atentados, que tuvieron repercusiones mundiales y que tanto han modificado el mundo? Thierry Meyssan: Es sorprendente que la prensa mundial haya adoptado la versión oficial, de un lado porque esa versión es absurda y, por otro lado, porque esa versión deja sin explicación una parte de los hechos. La idea de que un fanático, desde una cueva en Afganistán, y una veintena de individuos armados con cortapapeles hayan podido destruir el World Trade Center y asestar un golpe al Pentágono sin que el ejército más poderoso del mundo lograse evitarlo no es ni siquiera digna de un comic. Pero mientras más grotesca es la historia menos preguntan los periodistas occidentales.
Por otro lado, la versión oficial no menciona la especulación bursátil sobre las compañías víctimas de los atentados, ni el incendio del anexo de la Casa Blanca, ni el derrumbe de un tercer rascacielos del World Trade Center, hecho que se produjo al mediodía. Todos esos hechos ni siquiera se mencionan en el informe final de la investigación presidencial.
Además, nunca se habla de lo único importante entre todo lo que sucedió aquel día. Después del atentado del World Trace Center, el plan de continuidad del gobierno fue activado ilegalmente. Existe un procedimiento, aplicable en caso de guerra nuclear. Si se comprueba la aniquilación de las autoridades civiles, el mando pasa a un gobierno militar alternativo. Hacia las 10h30, ese plan fue activado a pesar de que las autoridades civiles se mantenían en capacidad de ejercer sus responsabilidades. El poder pasó a los militares, que no lo restituyeron a los civiles hasta las 16h30. Durante todo ese tiempo, se activaron comandos que fueron a buscar a casi todos los miembros del Congreso y del gobierno para ponerlos a buen recaudo en refugios antiatómicos. Hubo, por lo tanto, un golpe de Estado militar que duró varias horas, justo el tiempo necesario para que los golpistas impusieran su propia línea política: estado de urgencia interno e imperialismo global en el exterior.
El 13 de septiembre se presentó al Senado la Patriot Act, que no es una ley sino un amplio Código antiterrorista redactado en secreto a lo largo de los 2 o 3 años anteriores. El 15 de septiembre, el presidente Bush dio su aval al plan de la «matriz mundial», que instituye un amplio sistema de secuestros, de prisiones secretas, de torturas y asesinatos. En ese misma reunión [Bush] dio también su aval a un plan que preveía ataques sucesivos contra Afganistán, Irak, el Líbano, Libia, Siria, Somalia, Sudán e Irán. Como puede verse, ya se ha concretado la mitad de ese programa.
Aquellos atentados, aquel golpe de Estado y los posteriores crímenes fueron organizados por algo que podemos llamar el Estado profundo (en el mismo sentido en que se usa esa expresión para describir el poder militar secreto en Turquía o en Argelia). Todos esos acontecimientos fueron planeados por un grupo muy cerrado: los straussianos, o sea los discípulos del filósofo Leo Strauss. Se trata de los mismos individuos que, en 1995, empujaron el Congreso estadounidense hacia el rearme y que organizaron el desmembramiento de Yugoslavia. Tenemos que recordar, por ejemplo, que Alija Izetbegovic tuvo como consejero político a Richard Perle, como consejero militar a Osama Ben Laden y como consejero mediático a Bernard-Henri Lévy.
Geopolitika: El libro que usted escribió y la actitud antiamericana que usted ha expresado libremente a través de su red independiente Voltaire le valieron una serie de problemas que usted tuvo personalmente con la administración del ex presidente francés Nicolas Sarkozy. ¿Pudiera hablarnos un poco más sobre esto? En el artículo que usted escribió sobre el señor Sarkozy, titulado «Operación Sarkozy: Cómo la CIA puso a uno de sus agentes en la presidencia de la República Francesa», usted publicó información muy delicada, que nos recuerda las obras de suspense político-criminales. Thierry Meyssan: Yo no soy antiamericano. Soy antiimperialista y pienso que el pueblo de Estados Unidos también es víctima de la política de sus propios dirigentes. En cuanto a Nicolas Sarkozy, yo revelé que fue educado durante su adolescencia, en Nueva York, por el embajador [estadounidense] Frank Wisner Jr. Ese personaje es uno de los cuadros más importantes de la CIA, que a su vez fue fundada por su padre Frank Wisner Sr. El resultado es que la carrera de Nicolas Sarkozy estuvo completamente determinada por la CIA. Así que nada tiene de sorprendente que, ya convertido en presidente de la República Francesa, Sarkozy haya defendido los intereses de Washington en vez de defender los intereses de los franceses. Los serbios conocen muy bien a Frank Wisner Jr. Fue él quien organizó la independencia unilateral de Kosovo, como representante especial del presidente de Estados Unidos. Yo expliqué todo eso detalladamente en una intervención en el Eurasian Media Forum (en Kazajstán) y me pidieron que desarrollara ese tema en un artículo para Odnako(publicación rusa). Y resultó que, por pura casualidad, el artículo se publicó durante la guerra de Georgia, en el momento en que Sarkozy visitaba Moscú. El primer ministro Vladimir Putin puso la publicación encima de la mesa, antes de comenzar la conversación con él. Por supuesto que eso no mejoró mis relaciones con Sarkozy.
Geopolitika: Señor Meyssan, ¿cuál es la situación actual en Siria, la situación en el frente y la situación en la sociedad siria? ¿Están cerca de alcanzar su objetivo Arabia Saudita y Qatar, así como los países occidentales que quieren derrocar por la fuerza el sistema político del presidente Bachar al-Assad?
Thierry Meyssan: De los 23 millones de sirios, alrededor de 2 millones o 2 millones y medio apoyan a los grupos armados que están tratando de desestabilizar el país y de debilitar su ejército. Estos han tomado el control de algunas aglomeraciones y de amplias zonas rurales. Pero es imposible que esos grupos armados logren derrocar el régimen. El plan occidental inicial preveía que las acciones terroristas engendraran un ciclo de provocación/represión que justificaría una intervención internacional, siguiendo el modelo del terrorismo del UCK [Ejército de Liberación de Kosovo. NdT] y de la represión ulterior de Slobodan Milosevic, a los que siguió la intervención de la OTAN. Hay que señalar de paso que está comprobado que grupos combatientes en Siria recibieron entrenamiento como terroristas de parte de miembros del UCK y en territorio de Kosovo.
Ese plan fracasó porque la Rusia de Vladimir Putin no es la Boris Yeltsin. Moscú y Pekín prohibieron la intervención de la OTAN y la situación se mantiene sin resolver.
Geopolitika: ¿Qué pretenden obtener Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Arabia Saudita y Qatar con el derrocamiento del presidente al-Assad? Thierry Meyssan: Cada uno de los Estados miembros de la coalición tiene sus propios intereses en esa guerra y cree poder satisfacerlos, cuando en realidad son intereses que se contradicen entre sí. En el plano político existe la voluntad de romper el «Eje de la Resistencia contra el sionismo» (Irán-Irak-Siria-Hezbollah-Palestina). También existe la voluntad de proseguir el «rediseño del Medio Oriente Ampliado».
Pero lo más importante es el factor económico. Se han descubierto inmensas reservas de gas natural en el sudeste del Mediterráneo. El centro de ese yacimiento está cerca de Homs, en Siria (más exactamente en Qara).
Geopolitika: ¿Podría usted hablarnos un poco más sobre la rebelión de al-Qaeda en Siria, movimiento cuyas relaciones con Estados Unidos parecen contradictorias a la vista de sus acciones en el terreno? Usted dijo en una entrevista que las relaciones entre Abdelhakim Belhadj y la OTAN estaban prácticamente institucionalizadas. En realidad, ¿para quién hace la guerra al-Qaeda? Thierry Meyssan: Al principio, al-Qaeda no era más que el nombre de una base de datos, del fichero informático donde figuraban los muyahidín árabes enviados a luchar contra los soviéticos en Afganistán. Por extensión, se dio el nombre de al-Qaeda al medio yihadista en el que se reclutaba a aquellos mercenarios. Después, se designó como al-Qaeda a los combatientes agrupados alrededor de Ben Laden y, por extensión, a todos los grupos del mundo que dicen inspirarse en la ideología de Ben Laden. Según el momento y las necesidades, esa nebulosa se hizo más o menos numerosa. Durante la primera guerra de Afganistán, la guerra de Bosnia y las guerras de Chechenia estos mercenarios eran considerados «combatientes de la libertad», porque luchaban contra los eslavos. Posteriormente, durante la segunda de Afganistán y la invasión de Irak, fueron considerados «terroristas» porque atacaban a los soldados estadounidenses. Desde la muerte oficial de Ben Laden, se han convertido nuevamente en «combatientes de la libertad», en las guerras contra Libia y contra Siria, porque ahora luchan del lado de la OTAN.
La realidad es que esos mercenarios siempre estuvieron bajo el control de los Sudairis, la facción proestadounidense y archireaccionaria de la familia real de Arabia Saudita, específicamente bajo el control del príncipe Bandar Ben Sultán. Este último, a quien George Bush padre presentó siempre como su «hijo adoptivo» –o sea, como el hijo varón inteligente que le habría gustado tener– actuó siempre por cuenta de la CIA. Incluso en la época en que al-Qaeda luchaba contra los soldados estadounidenses, en Afganistán y en Irak, lo hacía en interés de Estados Unidos en la medida en que aquello permitía justificar la presencia militar estadounidense. En los últimos años los libios se han hecho mayoritarios en al-Qaeda, así que la OTAN los utilizó para derrocar el régimen de Moummar el-Kadhafi. Cuando lograron derribarlo, nombraron gobernador militar de Trípoli al número 2 de la organización, Abdelhakim Belhaj, a pesar de que la justicia española reclama su captura debido a su presunta responsabilidad en los atentados de Madrid. Posteriormente lo enviaron a Siria, junto con sus hombres. Para trasladarlos [a Siria], la CIA utilizó los medios del Alto Comisariado para los Refugiados, gracias a Ian Martin, el representante especial de Ban ki-Moon [el secretario general de la ONU] en Libia. Los supuestos refugiados fueron trasladados a varios campamentos en Turquía que sirvieron como bases de retaguardia para atacar Siria y a los que no han podido tener acceso los parlamentarios turcos ni la prensa. Ian Martin es otro conocido de los lectores de Geopolitika. Fue secretario general de Amnistía Internacional y después fue representante del Alto Comisario para los Derechos Humanos en Bosnia-Herzegovina.
Geopolitika: Siria se ha convertido en teatro no sólo de una guerra civil sino también de una guerra mediática y de manipulaciones. Como testigo directo, como alguien que está en el lugar de los hechos, queremos preguntarle a usted ¿qué sucedió verdaderamente en Homs y en Hula?
Thierry Meyssan: Yo no soy testigo directo de lo pasó en Hula. Pero fui tercera parte de confianza en las negociaciones entre las autoridades sirias y las autoridades francesas durante el asedio del Emirato Islámico de Baba Amro. Los yihadistas se habían atrincherado en ese barrio de Homs, de donde expulsaron a los infieles (los cristianos) y a los herejes (los chiitas). En realidad, sólo unas 40 familias sunnitas se habían quedado allí, en medio de unos 3 000 combatientes. Aquella gente había instaurado la charia y un «tribunal revolucionario» condenó a más de 150 personas a ser degolladas en público.
Aquel Emirato autoproclamado era dirigido en secreto por oficiales franceses. Las autoridades sirias querían evitar ordenar el asalto y negociaron con las autoridades francesas para lograr la rendición de los rebeldes. En definitiva, los franceses lograron salir de la ciudad durante la noche y huir hacia el Líbano, mientras que las fuerzas leales entraban en el Emirato y los combatientes se rendían. Así se evitó el baño de sangre y al final hubo menos de 50 muertos en la operación.
Geopolitika: Además de los alauitas, en Siria los cristianos también se han convertido en blanco. ¿Podría hablarnos usted un poco más de la persecución contra los cristianos en ese país y de por qué la supuesta civilización occidental, cuyas raíces son precisamente cristianas, no da muestras de la menor solidaridad hacia sus correligionarios? Thierry Meyssan: Los yihadistas arremeten prioritariamente contra quienes más cerca están de ellos: en primer lugar, contra los sunnitas progresistas; luego contra los chiitas (incluyendo a los alauitas) y sólo después están los cristianos. Generalmente torturan y matan bastante pocos cristianos. Pero los expulsan sistemáticamente y roban todos sus bienes. En la región próxima a la frontera norte del Líbano, el Ejército Sirio Libre dio una semana a los cristianos para que huyeran de allí. Se ha producido un éxodo brutal de 80 000 personas. Los que no huyeron a tiempo han sido masacrados. El cristianismo fue fundado en Damasco por San Pablo. Las comunidades sirias son anteriores a las de Occidente. Han conservado los ritos antiguos y una fe extremadamente fuertes. La mayoría son ortodoxas. Las que están vinculadas a Roma han conservado sus ritos ancestrales. En tiempos de las Cruzadas, los cristianos del Oriente lucharon junto a los otros árabes en contra de la soldadesca enviada por el Papa. Hoy en día están luchando junto a sus conciudadanos, contra los yihadistas enviados por la OTAN.
Geopolitika: ¿Puede esperarse un ataque contra Irán el año próximo y, de producirse una intervención militar, cuál sería el papel de Israel? ¿El ataque contra las instalaciones nucleares es realmente un objetivo de Tel Aviv o existe una estructura mundialista, interesada en desestabilizar profundamente las relaciones internacionales, que está empujando a Israel hacia esa aventura?
Thierry Meyssan: Lo que sucede es que Irán es portador de una Revolución. Es el único gran país que propone actualmente un modelo de organización social que constituye una alternativa al American Way of Life. Los iraníes son un pueblo místico y persistente. Ellos han enseñado a los árabes el arte de la Resistencia y se oponen a los proyectos del sionismo, no solo en la región, sino en el mundo. Sin embargo, a pesar de sus bravatas, Israel es incapaz de atacar Irán. Y los propios Estados Unidos han renunciado a atacarlo. Es un país de 75 millones de habitantes deseosos todos de morir por su patria. Mientras que el ejército israelí se compone de jóvenes cuya experiencia militar se limita a la represión contra los palestinos y el ejército estadounidense se compone de desempleados que no tienen intenciones de morir por una paga miserable.
Geopolitika: ¿Cómo ve usted el papel de Rusia en el conflicto sirio y el papel del presidente de Rusia, Vladimir Putin, ampliamente demonizado por la prensa occidental?
Thierry Meyssan: La demonización del presidente Putin por parte de la prensa occidental es el homenaje del vicio a la virtud. Después de haber levantado de nuevo su país, Vladimir Putin quiere devolverle su lugar en las relaciones internacionales y ha basado su estrategia en el control de lo que está llamado a ser la principal fuente de energía del siglo XXI: el gas. Gazprom ya se convirtió en la primera compañía mundial de gas y Rosneft en la primera compañía petrolera. Es evidente que Putin no tiene intenciones de permitir que Estados Unidos se apodere del gas sirio ni tampoco de dejar que Irán explote su propio gas sin control. Por lo tanto, tenía que intervenir y aliarse con Irán. Además, Rusia está convirtiéndose en el principal garante del Derecho Internacional, mientras que los occidentales justifican, en nombre de una moral de pacotilla, la violación de la soberanía de las naciones. Así que no hay que temer el poderío ruso porque está al servicio del Derecho y de la Paz.
En junio pasado, Serguei Lavrov negoció en Ginebra un plan de paz, que Estados Unidos pospuso unilateralmente pero que Barack Obama debería en definitiva concretar durante su segundo mandato. Ese plan prevé el despliegue de una Fuerza de Paz de la ONU, conformada principalmente con tropas de la OTSC [la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva]. También incluye que Bachar al-Assad se mantenga en el poder si el pueblo sirio así lo decide a través de las urnas.
Geopolitika: ¿Qué piensa usted de la situación en Serbia y del difícil camino que ha recorrido Serbia en los dos últimos decenios?
Thierry Meyssan: La serie de guerras que Serbia tuvo que enfrentar agotó a ese país, sobre todo la conquista de Kosovo por parte de la OTAN. Esa fue en realidad una guerra de conquista ya que concluyó con la amputación del país y con el reconocimiento que los miembros de la OTAN otorgaron a la independencia de Camp Bondsteel, o sea de una base de la OTAN. Una mayoría de serbios creyó que tenía que acercarse a la Unión Europea. Eso es ignorar que la Unión Europea es la cara civil de una entidad única cuya cara militar es la OTAN. Históricamente, la Unión Europea fue creada en aplicación de las cláusulas secretas del Plan Marshall, o sea que es anterior a la OTAN. Pero no por eso deja de ser un elemento del mismo proyecto de dominación anglosajón.
Es posible que la crisis del euro desemboque en una dislocación de la Unión Europea. En ese caso, Estados como Grecia y Serbia se volverán espontáneamente hacia Rusia, país que comparte con ellos numerosos elementos culturales y una misma exigencia de justicia.
Geopolitika: Hay quienes, de manera más o menos directa, sugieren a Serbia que renuncie a Kosovo para poder entrar a la Unión Europea. Usted tiene gran experiencia en materia de relaciones internacionales, así que le preguntamos sinceramente si tiene usted algún consejo sobre lo que deberían hacer los serbios en materia de política interna y de política exterior.
Thierry Meyssan: Yo no soy quien para dar consejos a nadie. Por mi parte, deploro que ciertos Estados hayan reconocido la conquista de Kosovo por parte de la OTAN. Kosovo se ha convertido desde entonces en un puente para la distribución en Europa de las drogas que se cultivan en Afganistán bajo la vigilante protección de las tropas estadounidenses. Ningún pueblo se ha beneficiado en nada con esa independencia, y muchísimo menos la población de Kosovo, que ahora vive bajo el yugo de una mafia.
Geopolitika: Entre Francia y Serbia existía una fuerte alianza que dejó de tener sentido cuando Francia participó en los bombardeos contra Serbia, en 1999, en el marco de la OTAN. Existen, sin embargo, tanto en Francia como en Serbia, personas que no olvidan «la amistad de las armas» de la Primera Guerra Mundial y que piensan que habría que reactivar esas relaciones culturales hoy rotas. ¿Comparte usted ese punto de vista?
Thierry Meyssan: Uno de mis amigos, con quien escribí Le Pentagate, sobre el ataque del 11 de septiembre contra el Pentágono –con un misil y no con un avión fantasma–, es el comandante Pierre-Henri Bunel. Durante la guerra, la OTAN lo arrestó por espionaje a favor de Serbia. Posteriormente, lo entregaron a Francia, que lo juzgó y lo condenó a 2 años de cárcel en vez de cadena perpetua. Ese veredicto demuestra que en realidad actuó por órdenes de sus superiores. Francia, como país miembro de la OTAN, se vio obligada a participar en la agresión contra Serbia. Pero lo hizo de mala gana y ayudando a Serbia más a menudo de lo que la bombardeaba.
Actualmente Francia está en una situación aún peor, gobernada por una élite que, para proteger sus propios beneficios económicos, se ha puesto al servicio de Washington y de Tel Aviv. Yo espero que mis compatriotas, que comparten una larga historia revolucionaria, acabarán expulsando del poder a esas élites corruptas. Y espero que, para ese momento, Serbia habrá recuperado su verdadera independencia. Se producirá entonces el reencuentro espontáneo entre nuestros dos pueblos.
Geopolitika: Muchas gracias por el tiempo que nos ha concedido.